El ejército mexicano, hay que apoyarlo - Raymundo Flores Bernal

Raymundo Flores Bernal DESDE LA HUASTECA “EL RETIRO” viernes, 07 de mayo de 2010

-Aquellos tiempos, nuestra deuda. -Institución ejemplar, le debemos la paz. -Aquí no hay; ni cuartelazos, ni “gorilas”. Cuando llegó a la presidencia de la República en 1946 el Lic. Miguel Alemán Valdez era yo chamaco, oí la ceremonia en un radio “grandote” de bulbos conectado a una “pila” en la vieja, fresca casa de mi pueblo donde vivía entonces.   Oí con atención los comentarios de los adultos sobre aquel, trascendente acontecimiento, aunque por mi edad no entendía cabalmente su significado, tengo grabadas todavía algunas de las expresiones que subrayaban lo inédito: “el cachorro de la revolución”.……el primero que no es militar.   El pequeño, entrañable grupo tertuliano que participaba en aquel corrillo me parece ahora, compuesto por personajes brotados de una novela costumbrista:……mi padre, joven diputado local treintañero, de hermosa estampa, ensombrerado, vivísimo y sonriente…..se movía como tigre ………el “profesor” Morales que encabezaba en mi pueblo una de aquellas “misiones culturales” de los tiempos heroicos de los programas de la Secretaría de Educación todavía con la inercia revolucionaria, socialista…..joven membrudo, prieto, muy agradable conversador…..don Abelardo Gómez, “gigante” bonachón, muy “leído”, valiente y aventurero que se había venido desde Tampico con mi tío Guilebaldo a sembrar tabaco y “chiclear”…….Alberto “Beto” Nava, ranchero hasta la última molécula, servicial, dicharachero, de lealtad y valor personal a prueba de fuego…..huasteco “hasta las cachas”, “platonero” típico……revoloteando cerca, discreta y cortés, mi madre, profesora normalista, cultísima, morena linda, con opinión certera y dato exacto en aquel mundillo de hombres “machos” y “conocedores”……   Viene a cuento la evocación íntima, porque los militares; que entonces salían de escena en un plano frontal, entraban también con dignidad y fuerza a otro; no menos importante, diría yo fundamental, definitorio en el rumbo del país, en su destino de los siguientes años vivido conforme al texto escrito por quienes pensaron y actuaron bien entonces.   Por la crónica pueblera, yo conocía ya bien a los soldados…..sabía que eran los únicos a los que les daba “purgación” (gonorrea) igual que algunos eran “mariguanos” porque la fumaban cuando la yerba curativa no faltaba en las casas para “sobar” con aguardiente contra dolencias del cuerpo tal como lo prescribían los abuelos…..llegaban con sus “caballadas” de bestias “coloradas” “tusonas”, había que darles gratis pastos en los potreros orilleros del pueblo……tenían sus cuarteles en casas o escuelas habilitadas…..a los capitanes o cabos, acaso tenientes , generalmente sargentos que los comandaban , todo mundo les “hacía la barba” para estar en buenos términos con “el gobierno”…..no pocas veces en forma expedita colgaron a uno que otro malhechor o abigeo con los que no podía la autoridad civil o la justicia por propia mano.   Muchos se integraron, gente buena, se casaron, se quedaron, hicieron generación en mi tierra y guardamos por ellos afecto genuino…..un buen recuerdo.   El ejército mexicano, su tropa y oficialidad, mandos medios y altos, ha sido en lo general, por decenios un ejército institucional, leal, al servicio del pueblo….nunca durante el curso de mi vida que ya es larga ha surgido un “cuartelazo”, un “gorilato”……han respetado la Constitución y esto no es una frase; si no una convicción, sobre su conducta firme y patriótica ha descansado la paz y la tranquilidad social del país por más de ochenta años desde el gobierno de mi general Cárdenas hasta este día pasando por la prueba histórica de la alternancia del 2000.   No ignoro los episodios controvertibles y controvertidos de su actuación por órdenes de su comandante supremo en turno de los años 1968, 1971, 1994 entre otros, frente a lo que los gobiernos de la República percibieron como subversión que ponía en riesgo la seguridad nacional y frente a una “sublevación” cuyo “subcomandante” declaró la guerra al estado mexicano, al gobierno de la República.   Tampoco me pasa inadvertido su involucramiento en estricto acatamiento de órdenes presidenciales del 2000 para acá en el combate a la delincuencia organizada cuyas acciones criminales han ido rebasando a las autoridades civiles, principalmente por un profundo, progresivo, dificilísimo fenómeno de corrupción de las policías locales, incluso de las policías federales y de incontable funcionarios públicos de esos niveles cooptados entre otras razones por sus magras percepciones; por un lado y por la generosa, inagotable dádiva de los delincuentes.   En este combate ha habido errores estratégicos, corregibles, consecuencias fatales no previstas o acciones deliberadamente punibles por parte de algunos miembros del ejército……son en rigurosa verdad las excepciones de la regla general de la recta y valiosa actuación de nuestros soldados.   Creo que la sociedad mexicana, que el gobierno, los partidos, los medio, los “analistas” incluso los de “causa” le debemos en lo esencial apoyo, respaldo al ejército en su trabajo….mezquino y despreciable el oficio de quienes en esta coyuntura lo satanizan.   No se trata de solaparlo con fueros contra la Constitución; pero tampoco de denigrarlo sin fundamento solo para sesgar inconformidades políticas temporales y mediocridad insuperable en la competencia democrática o en el espíritu solidario de la sociedad mexicana en su conjunto.   No tenemos aquí; ni tendremos a un Franco o a un Pinochet o a los “gorilas” argentinos de la gran carnicería; ni a los tiranos dictadores Castro……todos ellos enfundados en uniformes, represores crueles, asesinos de vidas y libertades...”adorados” todos en su momento por sus cohortes fanatizadas.   Hay que darles a nuestros soldados la protección de la ley suprema; hay que someterlos también a la ley suprema, hay que mantener su eficacia operativa como hasta ahora que a veces requiere respuestas relampagueantes, contundentes…..no hay que hacer de nuestro ejército ejemplar; ni un germen de golpistas sin ley o violadores de derechos humanos, ni un puño de burócratas indecisos; paralizados……toda esa tarea le toca fundamentalmente al Congreso; donde muchos se hacen que “la virgen les habla” para también en este urgente, vital asunto caer en el “peloteo” y en la ineficacia institucional. Todos los derechos reservados para el Sr. Raymundo Flores Bernal.