Todos los jueves presenta un recital titulado “Bohemia con el alma”, donde interpreta las canciones que son éxito en otras voces, como “Por mujeres como tú”, “Miedo”, “El monstruo” y tantas otras que han trascendido fronteras, como “Mi credo”, que hizo famosa K-Paz de la Sierra.
México, DF. El éxito sonríe al cantante y compositor Fato, quien ha dado a varias voces sus temas, que los han encumbrado en el medio farandulero, como a Pepe Aguilar y Alejandro Fernández, pero a veces le persigue una especie de fantasma que lo atormenta. “Es como un vacío... aquí”, dijo, presionando el pecho con los puños.
Ese vacío lo llena con canciones que hilvana en un concierto semanal, cada jueves, en el Babilonia Show Center, que se ubica en San Ángel.
Presenta un recital titulado “Bohemia con el alma”, donde interpreta “Por mujeres como tú”, “Miedo”, “El monstruo” y tantas otras que han trascendido fronteras, como “Mi credo”, que hizo famosa K-Paz de la Sierra.
Su nombre verdadero es Enrique Guzmán Yáñez (9 de septiembre, poblado de Platón Sánchez, Veracruz).
A sus 10 años de edad su familia se mudó a la ciudad fronteriza de Reynosa, Tamaulipas, en donde tuvo su primer acercamiento con la música italiana, la cual ha sido determinante en su faceta de compositor.
Su primera canción fue “El príncipe pobre”, la cual compuso a los 13 años de edad, y para los 15 ya se presentaba en bares tanto de Reynosa como de McAllen, Texas.
En 1981 participó en el Festival Valores Juveniles, en el que resultó triunfador con el tema “Si pudiera ser”, y ese mismo año obtuvo el primer lugar en el Festival de Compositores convocado por la XEW, con su canción “Buscaré calor”, la cual sería grabada por Alberto Vázquez.
En 1982 se posicionó entre los 10 finalistas del festival Rumbo a la OTI.
En 1983 grabó su primer disco con el nombre artístico de Edson. En 1984 logró su primer gran éxito como compositor: la canción “Qué acabado se le ve”, interpretada por Lupita D’Alessio, y poco después su tema “Será al revés” fue grabado por Valeria Lynch.
El segundo disco de Edson llegó en 1987, el cual incluía éxitos como “La posible manera”, “Mi madre no está en casa” y “Soy de la calle”.
En 1988 participó en el Festival OTI como compositor, con su canción “La reina de los colibríes”, interpretada por Mayté.
En 1992 grabó su tercer disco, para el cual decidió cambiar su nombre artístico a Fato, palabra italiana que significa “buena fortuna”. La canción más exitosa de este nuevo disco fue “Mi agenda”.
En 1994 lanzó su cuarto disco con temas como “Cuando era niño”, “Y veme aquí”, “La posible manera” y “El monstruo”, con la que se presentó en el Festival de Viña del Mar, en 1995, donde se convirtió en el único mexicano –hasta la fecha– en conquistar la prestigiada presea Gaviota de Plata: su premio fue como Mejor Intérprete en la categoría internacional.
Su currículum es largo, pero baste añadir que en 2000 ganó un Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum México-americano, por el disco Por una mujer bonita y el tema “Perdóname”, interpretado por Pepe Aguilar.
Fato es el creador de un género, el mariachi alternativo, que consiste en la fusión del pop italiano y el ranchero.
Vive en Guanajuato y de vez en vez, tras una tertulia, agarra camino y se va por la vereda, botella en mano, en una costumbre que lleva varios años.
- ¿Sigue teniendo miedo a los monstruos de la infancia? (éste es el tema de su canción “El monstruo”)
- Sí, y creo que han aumentado. La letra de esa canción dice que anda suelto el monstruo, y el peor de todos los monstruos es la pobreza; por eso digo que no saben lo que es caminar con los zapatos rotos. A pesar de mi edad sigo teniendo miedo. Así escribí y así gané en Viña del Mar.
Los recuerdos se agolpan en su mente y los comparte con el público. Habla del olor a café en su casa, preparado por su mamá. “Pasa que pensamos que nada pasa y que todo se queda, y no: todo pasa y el dolor parece que se va a estancar. Y no. Pasamos nosotros... que no pase el dolor. No quiero parecer como el filósofo que no soy. Solamente son cosas del alma que me han emocionado. Aprendí que las cosas no tenía que perseguirlas, porque si no, nunca las iba a alcanzar. Es mejor esperar.
“He compuesto muchas canciones, unas que ya salieron y otras por salir, otras quizá no salgan en mi voz. Hay canciones que me quedo para mí y otras que doy a mis amigos y hermanos. Me han preguntado que si no me lastima el éxito de mis canciones en otras voces. ¡Por supuesto que no! Estoy consciente de lo que puedo ser y hacer. Yo quiero ser éste que canta canciones del alma, pero hay unos temas que nunca le daría ni a un hermano. Una de éstas está dedicada a mi madre, doña Gaby, y se las dedico a ustedes, para que se la lleven de corazón a sus viejas, quienes con sólo poner sus ojitos hacia arriba el cielo se aclara... Un día nos vamos a encontrar en otro lugar, después de esta vida. ¡Se los juro!”
La melodía que siguió generó exclamaciones de júbilo: “Por mujeres como tú me estoy acobardando y lo ha notado, y eso no es muy bueno para mí. Si quiero retenerla entre mis brazos será mejor que no me vea sufrir/ Estoy estacionado en los fracasos/ hoy voy a remediar la situación/ ¿será que siempre he dado demasiado? En el exceso siempre salgo dañado.”
Y el público coreó: “Por mujeres como tú, amor, hay hombres como yo, lo sé.”
La bohemia es de noche. “No me imagino una bohemia a las doce del día.”
Los tópicos de Fato son la noche y las copas, las mujeres y los sentimientos que provocan en el alma de los hombres, quienes luego los convierten en canciones.
En la mesa de cada parroquiano, una lámpara pequeña deja ver dos manos que se estrechan. Es la eternidad del momento, el preámbulo de dos cuerpos que se harán uno.
“Uno más uno es uno.” Son las doce y media y Fato sigue hilando sueños. Resurge la fe en la pareja. Es el tiempo de las frases cortas, de los oximorones, del hipérbaton, de los superlativos que son insuficientes. Es la gramática de la subjetividad que fuera de contexto a algunos fríos puede parecer cursi. Lo cursi es un valor y se reaviva en el presente de cada quien.
“Miedo de sentirme solo, miedo a no sentir tus manos sobre mi piel... En libertad vivo preso, frente al espejo lloran mis miedos.”
Pasa de la una de la madrugada y los parroquianos quieren otra, tras más de dos horas de concierto.
Babilonia Show Center, Río San Ángel 89, San Angel Inn; teléfonos: 4171 0691 y 5662 76 35.
Fuente: La Jornada.
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