miércoles, 30 de diciembre de 2009

Sentimientos


Raymundo Flores Bernal
DESDE LA HUASTECA “EL RETIRO”

  • Cantares viejos.
  • Güerita pecosa, belleza celestial.
  • Matriarca……señorona.

Esta ocasión no voy a escribir sobre los temas habituales de mis irregulares entregas a “Crónica del poder”: política o lectura tras noticia; sino de recuerdos y sensaciones alrededor de las fechas consagratorias de la emoción, del sentimiento, del ambiente dulzón, nostálgico de las fiestas, que nos toca a todos, a millones por una u otra razón….la noche buena, el año nuevo, los reyes magos.

Una de las cosas por las que mantengo vivo el recuerdo es por el clima, el tiempo que cambiaba, de los calorones al frío……. mi tierra es calurosísima, trópico húmedo, de marzo en adelante, la gente, los animales y las plantas van acomodándose, adaptándose bien para enfrentar el calor, hombres y animales trabajan y se alborotan o muy tempranito o ya pardeando porque de medio día “pa abajo” no se puede hacer nada más que beber agua y sombrearse.

En cambio a fin de año…… ya desde Xantolo (días de difuntos) en noviembre empiezan a caer las frescas, largas lloviznas “xantoleras” “pelito de gato” que fortalece el cuerpo, templa el ánimo y abre el apetito para las tamalizas pantagruélicas, el aguardiente “refino” de Tehuetlán y el chocolate ardiente.

Xantolo, por cierto es una palabra rarísima hasta para los lingüistas, con que indios y criollos nombran las fiestas de “Todos Santos”… creo y conmigo otros, que pueda venir de los latinajos de las misas de los primeros curas españoles…todos….santos….omni-sanctorum-“sanctorum”….”xantolo”, para los oídos y la lengua de los hablantes del náhuatl, en fin.

A fin de año hacía frío….y los chamacos además de estar liberados ya del agobio de soles “con pilas nuevas” y nubes de mosquitos, estábamos también de vacaciones en la holganza feliz de criaturas montaraces entregados a retozar infatigablemente, a contar cuentos de “espantos”, a prender “lumbradas” en las noches….para mí es difícil imaginar un mundo más feliz….allí estaban cerca de mí, protegiéndome, mimándome mis padres amantísimos, justos, sabios…..maravillosos…. no había luz; ni comunicaciones, ni hospital……no había nada…….y lo había todo.

Antes las vacaciones (de 2 meses) eran en tiempo de frío, diciembre y enero, ahora, por lo menos en tierra caliente con más sentido común, acertadamente los niños las disfrutan en verano.

El 24 de diciembre era noche de “aguinaldos” salían de todos los barrios y del “centro” partidas de cantadores a cantar los aguinaldos de coros cortitos de seis sílabas y seis versos, bien falseteados…….dulcísimos, melancólicos…..imborrables del pensamiento….todavía ahora de viejo los oigo y se me van las lágrimas sin freno…..los aguinaldos no los cantan, ni las mujeres; ni los niños….solo los hombres…. En mi tierra no hay “ramas” de muchachitos.

Los aguinaldos de la huasteca, de Platón Sánchez, son viejísimos, yo creo que de los primeros años de la colonia, a principios del siglo XVII (1610, con un testimonio documental en el rancho Chila de los señores Herrera), gente de Ozuluama (los Pulido) y de la vía angosta de Magozal, de Carbono (los Deantes) que conservaron amorosamente huapangos, “cantes” y aguinaldos han tratado de rastrear focalmente el origen hispánico de los cantos navideños de mi tierra…..yo pensaba que los habían traído andaluces o castellanos, manchegos o extremeños de los que hay tanta huella vieja en el habla y costumbres, en nombres de cosas y lugares acá…. Pero parece que uno de ellos se fue a topar con que en Murcia se cantan unos aguinaldos idénticos a los nuestros…..o sea allá entre los murcianos rústicos está todavía viva el alma musical de nuestros aguinaldos…allá están pues, sonoros los tatarabuelos venerables renacidos aquí en el alma huasteca.

En la “noche grande” (el 24) prácticamente no se hacía nada especial….. por los cuarentas, de donde arrancan mis recuerdos…. en mi casa…. y en la del “tío Guile”, viejo irrepetible, empezamos a reunirnos y a cenar un “totol”-que ahora se llama comercialmente “pavo”, un guajolote patiero, carne prieta, duro y delicioso…..mi mamá… que había llegado desde Xalapa hasta aquel fin del mundo, inició, la “puesta” de un arbolito, redondo, coposo, nada más diferente a un pino (porque no había) y a dejar poco a poco en segundo plano los “ nacimientos” que algunos, pocos, ponían ……modernizadora, pionera; sin embargo, también rompió la vieja tradición.

El 31 de diciembre, entonces no acostumbramos reunirnos y cenar, después, si…. La fiesta consistía en libaciones maratónicas de los varones y descargas de pistolas, carabinas y rifles por miles de cartuchos y hasta el amanecer…. Seguía la balacera ritual todo el siguiente día primero de enero…..solo en algunas ciudades y pueblos árabes (Palestina) he visto esa euforia de fusilería que asombra y….si no la conoces: espanta.

Me fui a Xalapa en enero de 1952, a estudiar, en un mundo invernal, neblinoso que adormecía mi ímpetu abajeño; por los años cincuentas (1959) veinteañero, enamoré a una güerita pecosa de belleza celestial, Olga Lomán, que después, como el más grande regalo de mi vida consintió en ser mi compañera hasta hoy …me decía por diciembre cuando la veía tristona…”es que por estas fechas” “anda uno con el ánimo por los suelos”……cuanto desconcierto me causaban sus palabras… porque para entonces para mí, esos días eran de exaltación, euforia, fiesta y calor familiar.

Mis hijos ahora celebran (con nosotros), en el rancho el 31 de diciembre y antes con sus familias políticas el 24, acá arman reuniones llenas de alegría, con todo y nietos y gorrones somos a veces 40 ó 50…..trago manso, comida regia, cultura, conversación, cantada, piano, cariño piel a piel, son un homenaje a la fuerza vital que nos mantiene unidos, a despecho de las cosas malas que dispersan.

El último año y otros antes, mis hermanas, la matriarca Margarita “La Prieta”, señorona, y Ruth “La Chita”, nos han juntado a todos en Xalapa….para los jóvenes el rito, la tradición se inicia….para los Flores Bernal, más viejos, serenamente, “con clase” se alistan también el alma y el cerebro para la culminación propincua.

Envío a quienes quiero mi deseo por su felicidad… que esté bien enraizada en la salud y la alegría.

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PLATÓN SÁNCHEZ, VERACRUZ. ORGULLOSO PLATONENSE!